viernes, 23 de noviembre de 2012

Todo al negro. Todo al rojo

Nos trasladamos hasta junio de este año, cerca de Béziers, donde se casaron Céline y Benoit, la pareja que protagonizó una de las bodas más divertidas que se han celebrado durante este año en Francia.
Invitaron a unas 50 personas, que tenían que cumplir un requisito para asistir a la ceremonia: sus vestidos debían ser negro, beige o rojo.

La novia, Céline, llevaba un vestido retro corto, blanco con lunares rojos comprado en Etsy por 16 dólares. Llevaba también enaguas rojas y como única joya un collar de perlas de su abuela para tenerla presente ese día.
El novio, Benoit, compró todo su look en tiendas vintage de la zona con un presupuesto de 100 euros.



Ella llegó en Vespa a la ceremonia, igual que estas otras novias que tanto nos gustaron aquí.

 


Se hizo ella misma su ramo, con flores de tela, perlas, cuero, rafia...













De la comida y la bebida se encargó la familia. La  hermana de Céline, cocinera de profesión preparó mermeladas, panes, conservas...



El tema elegido para la decoración fue el retro. Vaciaron su casa de muebles antiguos para llevarlos todos a la finca donde celebraron la boda. Visitaron varios mercados "de pulgas" donde encontraron un máquina de escribir de los años 40, una radio antigua, revistas de época... pero no pusieron nada de plástico ni nada que en apariencia fuera moderno.






Para evitar que sus invitados se aburrieran (¿quién podría aburrirse en una boda así?) dispusieron todo tipo de juegos en las mesas, en el campo, crucigramas en los platos... incluso tenían una piscina en la finca donde comieron y los novios hicieron buen uso de ella.






Fue la fotógrafa Audrey Bardou quien se encargó de retratar esta boda en la que apostaron todo al rojo, al negro y al beige.

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