Ellos querían una boda llena de bicis. ¡¡¡Bicicletas por todos lados!!!
Hicieron una celebración con la que volver a vivir los veranos de la niñez, y para ello involucraron a sus 65 invitados. Todos fueron de un sitio a otro montados en bicicletas (incluída la novia con su vestido)
Decoraron
todos los escenarios de la boda con flores de un mercado y una
colección de poemas haiku que los novios se habían escrito el uno al
otro durante años. 

Todo lleno de colores pastel, bicis decoradas, globos de colores y tras la ceremonia un camión de helados que fue la guinda del pastel.



Las fantásticas fotos son obra de Lifebox Studio
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