Hoy se nos ha presentado un día gris, lluvioso y muy otoñal.
La lluvia es la enemiga más temida por los novios en su gran día, pero no tiene por qué fastidiar la jornada.
Estos son unos claros ejemplos de que las fotos pueden quedar igual de bonitas (o incluso más) que en un día soleado.
Si tienes probabilidades de que llueva en tu boda (las otoñales tienen bastantes más papeletas) sé previsora y hazte con un paraguas bonito acorde al look que vas a llevar.
Si, además, tienes el detalle de tener preparados unos cuantos paraguas para tus invitados, seguro que te lo agradecerán muchísimo. Ellas no querrán arruinar su peinado y ellos evitarán que los pantalones queden mojados hasta las rodillas.
Aunque dicen que "Novia mojada, novia afortunada".
Así que queda el consuelo de que aunque la lluvia haga que el día de la boda no sea exactamente igual al imaginado, la vida que queda por delante será mucho mejor...
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